No puedo hacer rebajas, pero sí me leí «El Lazarillo de Tormes»

La decisión de gobierno de no permitir las rebajas, y esto lo estoy escribiendo hoy jueves 14 de mayo de 2020, es una muestra más de la falta de criterio técnico que existe desde el principio de la crisis en nuestro gobierno. La falta de previsión, la falta de estrategia e ir dando tumbos sin sentido es la característica principal de la forma de actuar de este gobierno frente a esta crisis sanitaria, pero lo peor no queda aquí, me temo que ahora cuando realmente entremos en una crisis económica y Dios quiera no entremos en una crisis financiera las fórmulas que se van a plantear y los cambios que se van hacer van a seguir siendo fruto de una incertidumbre sin sentido que ni siquiera va apagar los fuegos que pretendan.
La insistencia por el cambio y por la resilencia, y por la innovación y por la adaptación que marcamos los consultores en este caso en las empresas y las estrategias que desarrollamos para que se pongan en marcha los cuadros de mandos oportunos, nunca fueron tan afectados por la P del PESTEL, nunca fueron no sólo afectados sino alterados continuamente por la P referida a política.
En esta ocasión el comercio tiene la desdicha de vivir una de sus crisis más fuertes jamás vividas, y precisamente ahora cuando la atracción de los clientes es clave, cuando retomar la confianza con ellos es clave, cuando se tiene paralizado desde hace meses un circulante que tiene todas las premisas para convertirse en gasto fijo, cuando la temporada ha cambiado radicalmente, cuando el mundo online ha crecido exponencialmente, cuando además se le deja al mundo online hacer rebajas, al físico no se le deja, luego se le deja, y en menos de dos horas no se le deja con un no rotundo de un ministro de sanidad que si algo está demostrando es que tiene de todo menos de ministro. La situación muestra una falta de criterio sin sentido que rompe cualquier esquema lógico que hayamos imaginado en un gobierno, cualquier esquema lógico que se fundamente en ideas pensadas y analizadas. Los sistemas y protocolos tanto higiénicos como de seguridad y distanciamiento ya están marcados, si hace falta mejorarlos o reforzarlos que se haga sobre esa linea, pero no sobre la linea de cómo yo como comerciante puedo vender y a qué precio.
La suerte de los españoles es que muchos de nosotros hemos leído «El Lazarillo de Tormes» y sabemos que la picaresca va en nuestro ADN y tengo muy claro, pero que muy claro que hay muchas fórmulas para cumplir la ley y evitar lo que se presupone dice el BOE que son las aglomeraciones, sé que no puedo hacer reclamaciones con Rebajas, pero también sé que existe una palabra mágica que es DESCUENTO, a partir de aquí a pensar la fórmula, y piensa siempre en producto, en servicio, en precio y en marca.
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