La nueva modernidad

Todavía guardo una cajita de caramelos que me envió el banco ING hace unos meses y en la que viene escrito una frase que viene a decir: Sabemos que te hemos dado muchos dolores de cabeza, por eso este pequeño detalle». Y así fue la  manera tan moderna con la que unos responsables de marketing del banco ING se despidieron de sus clientes que tenían cuenta de negocios con ellos. Así eliminó la linea de negocio ING, dejando a miles de clientes, empresas y autónomos con un verdadero quebradero de cabeza para cambiar todas tus cuentas, recibos domiciliados etc a otra entidad. Esa caja de caramelos no representa otra cosa que la superficialidad con la que estamos viviendo en muchos aspectos en el nuevo paradigma empresarial. Hace tan solo unos días ING anunciaba a bombo y platillo la decisión de transformar a toda su plantilla en un sistema de teletrabajo 100% libre. No hay comentario en redes que no sea de alabanza y asombro a esta nueva situación y sus trabajadores así se enorgullecen de la misma. Parece que el teletrabajo es la solución a muchos problemas y mejoras en la productividad  de las empresas y por ende se crean dos pensamientos curiosos a la par que peligrosos. El primero es que muchas personas de empresas tecnológicas, aseguradoras o financieras ven el teletrabajo como el nuevo sistema de trabajo y además desde una radicalización que no comprende que no pueda existir otro. La segunda situación pasa  a ser parte de esa nueva modernidad, donde temo que muchas empresas que no pueden transformarse al teletrabajo lo hagan de manera forzada e influidas por las demás. Toda esta situación será, y de hecho ya está siendo, un planteamiento que no sólo va a ir en la linea de la empresa privada sino que se implementará en el sistema público, lo que multiplicará de manera exponencial el  » Vuelva usted mañana» de José de Larra. Hasta aquí todo es maravilloso, es un paradigma que creará, se presupone, mayor motivación en los trabajadores, mayor productividad y menores costos. Aunque lo que realmente creo, es que no son más que especulaciones sin base ni empírica, ni demostrable de momento, y puede que cuando se pueda demostrar podríamos llevarnos una ingrata  sorpresa.

Lo que pasa que nos dejamos llevar por estrategias que entran en el ámbito de lo moderno, de lo innovador y de lo disruptivo. Pero a la vez nos enfrentamos a la que posiblemente sea una de las crisis más fuertes jamás vividas en nuestro país, nos enfrentamos una caída del PIB que más allá del dichoso porcentaje que caerá, será muy fuerte, nos enfrentamos a un gasto público y este dato sí es más fácil de demostrar del 125%.  La caída del turismo ha sido brutal y lo va a ser, y eso representa como todos sabemos un 12% largo de nuestro PIB. La caída de la automoción ha sido y será brutal y eso representa  un 10% de nuestro PIB. Lo que pasa es que nos centramos en la nueva modernidad y el teletrabajo es lo moderno, pero  los sectores que representan más de 1/4 de nuestros PIB no son modernos. A no ser que los intenten hacer modernos y se fabriquen coches desde nuestras casas con impresoras 3D y los invitados a nuestras bodas asistan a través de Zoom.

Lo que pasa es que llevar a cabo este tipo de estrategias y alentarlas serían lógicas si el mercado inmobiliario no fuera tan importante en nuestro país, la nueva modernidad dejará miles de edificios de oficinas vacíos, eso generará una desestabilización de los precios de alquiler y ello levará al desequilibrio de precios, hipotecas, préstamos etc. Además que vivir en el centro se devaluará por completo. Lo que pasa es que solemos mirar las linea de trabajo de forma lineal  pero no macro estratégica. Por un lado se alienta y se desea el proyecto de Chamartín, con cientos y cientos de puestos de oficina y al mismo tiempo alentamos el teletrabajo.

Lo que pasa es que el mirar en esa sóloa perspectiva, pensamos que grupo Inditex ha creado una estrategia de cierres de tiendas y fomentar la venta online que en los próximos 3 años cerrará sólo en España 300 o 400 tiendas. Lo que pasa, es que el comercio minorista aporta un 12% al PIB, y además de su situación actual, intentando levantar cabeza como mejor puede, una empresa como Inditex, que tiene una de sus tiendas en la misma calle que mi comercio, la cerrará, dejará de generar flujo de clientes y el comercio minorista cerrará en muchos casos por esta situación. Si cierran 400 tiendas de Inditex, cerrarán 40.000 comercios minoristas.

Lo que pasa es que muchos que teletrabajarán desde sus espacios creados para ello en sus casas, desde cualquier empresa privada o pública, les contará al comercio minorista que su futuro está en montar una tienda online, como Zara.

Lo que pasa, es que faltan personas de nivel en esta nueva modernidad que pensara de forma estratégica como se merece este país y eso ni lo hemos tenido nunca ni creo lo vayamos a tener.

 

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