La problemática del marketing digital y la recesión inminente

Quizás el primer país en entrar en recesión en el mundo en los próximos meses o quizás semanas sea Alemania, la particularidad de este país ante la crisis económica mundial es, fundamentalmente, su dependencia al  gas ruso. Pero este hecho sólo hará que el país germano sea posiblemente el primero, pero en pocas semanas pasará con la gran mayoría de los países principales del mundo. La crisis afectará a todos ellos incluido por supuesto a España, que lo hará de forma inminente y profunda. A la desconfianza del consumidor ante las políticas generadas tanto por el FED como por el BCE, que están copiando literalmente la estrategia de Vockler en los años 80, se le unirá un estancamiento del consumo brutal cuando acabe el verano, y el recalentamiento laboral que existe en estos momentos irá cayendo no poco a poco, sino de forma abrupta. De esta situación están empezando a ser conscientes los departamentos financieros de las empresas, pero la concienciación en los departamentos de marketing todavía no se refleja en sus estrategias. Son víctimas, sin duda alguna, de una tendencia por parte de los consumidores, que hasta ahora, pese a la inflación no ha bajado apenas su consumo debido al nivel de ahorro proveniente de la pandemia, y que ha provocado una situación particular nunca vista anteriormente. Por otro lado las materias primas empiezan a bajar radicalmente, pero no nos confundamos, siguen siendo precios récords históricos, por lo que la inflación no bajará tan radicalmente como se espera y la recesión durará más tiempo que en los años 80.

Los expertos en marketing deben ser muy conscientes de esta situación, deben ser conscientes que los consumidores, hasta ahora, daban por hecho que el precio debía subir, y que se enfrentaban a una subida de precios, sin tener muy claro, cuánto habían subido los productos que consume, simplemente sabían que han subido. Esta situación, como digo es porque hasta ahora tenían capacidad de compra, pero esa capacidad se va a bloquear radicalmente a partir de octubre porque la capacidad de ahorro habrá desaparecido. Ante esta problemática, las políticas de precios serán clave en las estrategias de los expertos en marketing, ya que  las previsiones de ventas bajarán, cuanta menos necesidad primaria exista del producto, más bajarán, y la retención de los clientes deberá ser la clave de cualquier estrategia de marketing. Esta situación será dolorosa pero necesaria, pero se podrá afrontar según que empresa,  durante mínimo los próximos dos años.

La verdadera dificultad estará en el marketing online, y será así,  porque nunca se ha tenido que enfrentar a una recesión. Al igual que el marketing tradicional ya se ha enfrentado en varias ocasiones a recesiones a lo largo de su historia, el marketing online nunca lo ha hecho. Las inversiones generadas para convertir el marketing online en todos sus aspectos a ventas, han seguido un guion muy firme, a la par que genérico, novedoso, innovador y creativo, y quien ha invertido más, o quien ha trabajado en más aspectos ha conseguido mejores resultados. Pero esos procesos van a cambiar radicalmente, la anterior vez que lo hizo, no fue hace tanto, fue en la pandemia, pero fue para bien, e incluso muchas empresas se sobredimensionaron para dar respuesta a la demanda provocada en pandemia, pero ahora el cambio no es para bien, el cambio será protagonizado por una bajada brutal de la demanda. A este punto, debemos meter dos variables más, una es la capacidad logística, que está ya cayendo ( por lo que el tiempo de entrega será casi imposible dominarlo) y la otra variable es la gestión de los stocks en las e-commerce, ya  que muchos de los productos que, por ejemplo, están en los centros logísticos de Amazon, tendrán que venderse en una tarifa por debajo de la tarifa a la que se compró una vez se subió tarifa hace unos meses, el margen de la las e-commerces bajará y la inversión del marketing será más reducida.

El marketing online por tanto debe, desde ya, empezar a controlar tres aspectos fundamentales, ¿A qué precio podré vender en 5 meses? ¿Cuánto voy a poder vender? ¿Cómo lo voy a poder servir?  Si estas tres preguntas no las sabes contestar, es hora de que generéis una estrategia brutal con el departamento financiero y de compras de tu empresa.

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