Cómo afrontar la inflación desde el marketing

Si no te has sentado a mirar lo que está sucediendo con las compras de tu empresa y cómo éstas se repercuten en el valor de tu producto debes hacerlo ya, aunque me extraña no lo hayas hecho. De ese estudio debes sacar varias conclusiones y enfocar la estrategia de ventas de tu empresa. Sucede que en esa estrategia la política de precios debe ser fundamental. Dependiendo del tamaño de tu empresa te posicionarás de un lado o de otro, si perteneces a una gran corporación es muy probable que estés aprovechando la necesidad de tu producto en la sociedad para aumentar los precios por encima de lo que realmente debería en base a la inflación real. Si tu empresa es menor o eres un consumidor, no dudes que estás siendo una víctima de los aumentos de precio de las grandes empresas por encima de inflación. La especulación en los grandes navieros , por ejemplo, es un hecho y afecta radicalmente al aumento de facturación en tus compras. Las ganancias de las empresas de fertilizantes está siendo la mayor de los últimos años, las políticas de precios son las más delicadas y ambiguas desde hace décadas.

En esta situación intentar seguir haciendo lo mismo que hasta ahora, es abocarnos a una ruleta rusa donde tenemos todas las de perder realmente la jugada. El marketing debe ser más formal que nunca, las políticas de precios deben ser coherentes y deben buscar la seguridad de nuestros clientes. El nivel de ahorro de las familias españolas es brutal y el consumo cae 11 veces más que en Alemania, por ejemplo. Ante este paradigma el marketing debe buscar una respuesta segura. El planteamiento inicial que marco es que el consumidor está ahorrando y no consume productos o servicios que no sean necesarios o no los tome por necesario, por el contrario, lo que hará es consumir lo verdaderamente necesario, por ejemplo (luz, combustible, comida) y cómo esta necesidad es primaria, estos productos subirán aún más de lo que estamos viendo porque realmente la demanda va a existir sí o sí aunque se reduzcan algo. Nuestro ahorro lo destinaremos a este tipo de productos, en una pirámide de Maslow, son los que cubrirían las necesidades básicas y primarias.

Por lo tanto lo que debemos tener muy en cuenta es qué tipo de producto y a qué consumidor la dirigimos y cuál es la necesidad real que cubrimos, si es un producto necesario, se debe hacer una estrategia de mercado de aumento de cuota de clientes, si es un producto no necesario se debe buscar alternativas en mercados con mayor poder económico. Al final el precio es el que marcará la compra. Lo que no podemos hacer en estos momentos es crecer en infraestructuras ni en crecimiento interno si ese crecimiento no está basado en una demanda de aumento de clientes. Ojo, no de facturación, sino de clientes que facturen.

Es importante saber igualmente que ese crecimiento puede ser estacional, ya que la más que probable recesión hará que el gasto disminuya radicalmente, es decir, de momento utilizaremos el ahorro para consumir necesidades fundamentales, pero es muy probable que ese ahorro se disminuya hasta tal punto que exista también disminución de clientes, esta situación ahora no se da porque el mercado laboral  privado no cae, pero irá cayendo con la falta de producción,  básicamente a mayor tiempo que pase, mayor precio, menor ahorro, menor capacidad de compra de productos básicos.

Esta situación por muy peligrosa que parezca es muy probable que se dé en unos meses. A esto debemos unir, la agitación de la pandemia, la guerra comercial, la invasión rusa y la subida de precios de las grandes compañías más allá de los precios de inflación.

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